Retomamos la redacción de artículos con un recuerdo por aquellas personas que tuvieron cierta relevancia en la historia de Cabanillas del Campo, ya sea por haber nacido en esta villa, ya sea porque estuvieron vinculados con ella por su trabajo o por cualquier otra cuestión. Son personajes que tuvieron una gran relevancia tanto a nivel local como provincial o nacional y tratado desde todos los ámbitos que afectan a la sociedad en la que les tocó vivir: cultural, económico, político, educativo, administrativo, sanitario, religioso, etc. En definitiva, irán apareciendo por aquí diversos personajes que dejaron su huella a través de los siglos y que merecen nuestra atención. Seguramente que muchos más se quedarán en el olvido, al no tener ninguna referencia documental sobre ellos; de nosotros depende que, en un futuro próximo, los podamos rescatar y darlos a conocer. Por ahora nos limitaremos a poner en valor a aquellos que tenemos controlados, que no son pocos.
Los primeros personajes de los que nos vamos a hacer eco pertenecen al ámbito educativo y que destacaron por su labor tanto en la universidad como en la enseñanza de primeras letras.
Pero antes de hablar de ellos conviene que nos situemos en un momento de la Historia en la que la enseñanza no tenía la relevancia que hoy tiene. Sabemos que desde principios del siglo XVI había en Cabanillas del Campo una escuela de “primeras letras” (lo que hoy denominamos Enseñanza Primaria), donde se enseñaba a los alumnos a leer, escribir y ciertas nociones de cálculo y aritmética; aunque, muy posiblemente, esta actividad tuviese un carácter intermitente, dada la escasez de maestros. Los alumnos que deseaban seguir estudiando o sus familias tenían posibilidad de darles estudios una vez que superaban esta etapa escolar, solían enviarlos hasta las vecinas localidades de Guadalajara, Alcalá de Henares o El Casar, donde había escuelas de Gramática, salvo unos años, durante el siglo XVII, en los que la villa contó con preceptoría propia, y donde acudían sus alumnos a escuchar las clases que daba el preceptor o gramático. Terminados estos estudios algunos alumnos pasaban a cursar estudios superiores en la Universidad de Alcalá de Henares, aunque los hubo que lo hicieron en otras universidades.
El primero de los personajes que destacó en esta actividad y que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza fue el doctor Alonso García. De él sabemos que nació en Cabanillas del Campo, a mediados del siglo XVI. Se crio en el seno de una de las familias más importantes de esta villa, los García, que luego emparentaría con otra de las familias notables de la villa, los Oñana. Sus hermanos fueron Eugenio García, Miguel García y Pedro Ga
rcía.
Es muy probable que sus estudios de primeras letras los realizara en la propia Cabanillas del Campo, donde ya destacaría por su inteligencia, motivo que le llevó a estudiar hasta la vecina universidad de Alcalá de Henares, donde cursó estudios de Teología, en 1568, en el colegio de San Ildefonso, perteneciente a dicha universidad. Años más tarde, entre 1574 y 1579, estudió Artes, alcanzando el grado de maestro de esta especialidad, en 1588. Fue catedrático de esta materia en esta universidad, desde 1590, y su rector, en 1595-1596.
Fuera de su actividad académica sabemos de él que fue cura de Los Yébenes.
Murió en los primeros años del siglo XVII, fuera de Cabanillas, aunque fue enterrado en la iglesia de San Pedro de esta villa, junto con su hermano, Miguel García, según consta y figura en una de las lápidas que, en la actualidad, se
encuentra en una de las capillas laterales, en la actualidad la capilla de la Virgen (antigua capilla de San Francisco Javier). El cuerpo lo trajo hasta esta iglesia su sobrino, fray Pedro García, fraile franciscano descalzo, que profesó en el convento de San Antonio de Guadalajara, en 1603.