27 de noviembre de 1617
Se acordó que se construyese un pozo para la nieve en el Osario.
27 de noviembre de 1617
Se acordó que se construyese un pozo para la nieve en el Osario.
8 de septiembre de 2107
Hoy, 8 de septiembre de 2017, tendrá lugar en la Plaza Mayor de nuestra ciudad de Guadalajara la presentación de la comparsa de Gigantes y cabezudos, tras su restauración.
Los gigantes y cabezudos han sido desde tiempos inmemoriales uno de los personajes más representativos de nuestras fiestas junto con otros elementos festivos menores como las máscaras y las tarascas. La tradición nos muestra que en un principio iban muy ligados a las danzas que tenían lugar en el transcurso de estas procesiones, hasta el punto de que en algunas de ellas se exigía su presencia, al considerarlos como elementos fundamentales de su representación. Eran los momentos en los que estos personajes eran más conocidos como enanos, dada su baja altura, que como gigantes y solían ir acompañados de tamboril, a cuyos sones bailaban y corrían.
Su puesta en escena a lo largo de toda la Edad Moderna, siglos XVI y XVIII, tenía lugar durante las diferentes procesiones y pasacalles que se celebraban en Guadalajara, en especial durante la procesión del Corpus Cristi, actuando en los entreactos que quedaban libres tras la celebración de los oficios religiosos que a lo largo del recorrido se celebraban. Junto a estos comparsas iban unos ayudantes con una horquilla, siendo su función la de componer y reparar aquellos desperfectos que apareciesen en sus ropas.
Aunque es muy posible que los gigantes y cabezudos existiesen mucho antes del siglo XVI, sin embargo las primeras noticias documentales que tenemos se remontan a 1545, fecha en la que se guardaban en las salas del Ayuntamiento tres cabezas de gigantes, una de las cuales era la de un enano, tres vestidos de lienzo y una cabeza de San Cristóbal con un niño en el hombro, el famoso San Cristobalón, denominado así por lo desmesurado y grande que era su talla.
Desde esta fecha y hasta principios del siglo XVII, pocas noticias nos aportan al respecto las fuentes documentales examinadas, salvo su participación en las procesiones. Fue en ya 1614 , debido a las malas condiciones en las que se encontraban los gigantes y cabezudos anteriores, cuando fue preciso volver a hacer otros nuevos; en esta ocasión fueron construidos 4 gigantes y 2 enanos, siendo el encargado de llevarlo a cabo el maestro de danza Juan Navarro, que aunque nacido en Tarancón (Cuenca), desarrolló toda su actividad profesional en Guadalajara, tanto como maestro de danzas como pintor, tallista, carpintero, etc., (un verdadero hombre polifacético de la época, máxime en tiempos de crisis, como la que atravesaba la ciudad durante esos años).
Los cuatro gigantes representaban cada uno de ellos a un español y a una española y a un negro y a una negra, respectivamente, siendo las figuras de los dos enanos meras representaciones de lo que querían representar: un enano y una enana, sin otra nota diferencial digna de mención. Para la ejecución de los rostros se utilizaron vaciados de pasta, y fueron cocidos en pez griega. Como pintura se utilizó el óleo y se les dio un color encarnado al pulimento.
La altura de los gigantes era de catorce pies, unos cuatro metros, y tenían una armadura en la que se apoyaban los trajes muy resistente y muy bien trazada. Los vestidos y los faldones eran de bocacín de colores, guarnecidos a su vez con bocacines de colores diferentes. En cuanto a la altura de los enanos ésta se hizo a proporción de los gigantes.
Pocos años después, en 1631, según el historiador Manuel Rubio Fuentes, los gigantes fueron de nuevo reconstruidos, pasando a ser ahora una comparsa compuesta por seis personajes, entre hombres y mujeres, que al igual que en el caso anterior representaban a castellanos y a negros. En esta ocasión las mujeres llevaban moños y tocados negros; en cuanto a los hombres se caracterizaban por los típicos sombreros y valonas; los rostros y carnes de unos y otros eran los naturales. Las ropas que llevaban eran las típicas de Castilla; por su parte los negros debían ir vestidos según acostumbraban a vestir en su lugar de origen. Los tejidos de estos trajes era el típico bocacín de colores, guarnecidos con plata falsa; las sayas de las mujeres tendrían una circunferencia unos ocho metros y medio.
En 1719, se construyeron cuatro gigantes nuevos con motivo de la celebración de las fiestas del Corpus Cristi de ese año. Fue Juan de la Peña quien, en Madrid, contrató con el madrileño Francisco Gondoño, la ejecución de estos cuatro gigantes por un valor total de 1.400 reales, cantidad resultante de multiplicar 350 reales, precio de cada uno de ellos, por cuatro, obligándose éste a adornarlos con pendientes, collares, espadas y coronas. Aunque no especifica qué personajes componían el grupo, sí nos ofrece un completo presupuesto sobre los tejidos y materiales que incorporaban en su construcción y cuyo valor se añadió al gasto de la ejecución de los gigantes. Los tejidos y materiales utilizados fueron los siguientes:
. 200 varas de holandillas de color azul, por 1.000 reales.
. 110 varas de Angulema para forrar los vestidos, por 495 reales.
. 36 varas de bocadillo bocadillos para los vuelos, por 180 reales.
. 48 varas de lienzo blanco para los costados de la guarnición de los vestidos, por 2490 reales.
. 50 varas de encajes blancos entrefinos para escotes y guarnición de as mangas, por 200 reales.
. 30 varas de Colonia de Toledo encarnada para lazos en los vuelos y escotes , por 30 reales.
. 410 varas de lienzo y de holandillas para la guarnición de los vestidos, por 289 reales y un cuartillo.
. 15 varas de listón para los pendientes y collares, por 9 reales y 3 cuartillos.
. Por la confección de los cuatro vestidos guarnecidos, 360 reales.
A este presupuesto hubo que añadir otras cantidades menores, derivadas de los gastos originados por el transporte que supuso traerlos desde Madrid hasta Guadalajara, por los refrescos que se les dieron a los oficiales que vinieron a terminarlos, por los cajones en los que se trajeron metidos, para pagar a los transportistas, etc. Todo ello acarreó unos gastos añadidos de 110 reales, que unidos a los 60 reales que se pagaron al sastre que vino de Madrid a vestirlos, elevó la cantidad final pagada por el Ayuntamiento alcarreño a los 4.404 reales.
Por último, en este breve repaso histórico de estos singulares personajes quiero terminar con un último apunte. Se trata de la reparación que en 1732 llevó a cabo el pintor José Navarro, quien se ocupó de retocarlos y de encarnarlos de nuevo, porque presentaban signos evidentes de deterioro.
Como se puede apreciar los gigantes y cabezudos, como elementos procesionales y festivos, cuentan en Guadalajara con una amplia tradición de varios siglos de historia, no exentos de problemas, pero a los que han sabido sobreponerse, para seguir hoy en día con sus portes altivos y erguidos alegrando la vista de grandes y pequeños.
Ángel Mejía Asensio
26 de junio de 1545
Se nombraron como alcaldes de la Santa Hermandad a Juan de Ávila, por el estado de caballeros y escuderos, y a Diego Moreno, por el de los pecheros.
22 de junio de 1846
Se acordó celebrar honras fúnebres por Gregorio XVI en la parroquia Santa María.
Tedeum por Pío IX, nuevo papa, el entonces cardenal Giovanni Maria Mastai Ferretti.
La ceremonia de exequias fúnebres se celebró, el día 23 de junio, en la iglesia de Santa María, en honor de Gregorio XVI, muerto el 1 de junio.
Todos irán con traje negro, vistiendo frac. A ella asistirá la corporación municipal, que saldrá desde las casas consistoriales hacia Santa María a las 9 de la mañana.
16 de junio de 1577
Felipe II, San Lorenzo, 16 de junio de 1577, autoriza a los 300 vecinos de Chiloeches, para la fundación de un pósito, tomando un censo de 1500 ducados, no a menos de a 14 mil el millar…
16 de junio de 1601
Se venden naipes falsos. Se jugaba por los arrabales y por las puertas. Los labradores y oficiales se jugaban unas meriendas y vino.
9 de junio de 1559
Confección de los asientos para los regidores. Obra realizada por r Alonso Izquierdo y Pedro Hurtado, vecinos de Guadalajara, por 200 ds.
9 de junio de 1595
Se hizo una fiesta de toros por la octava del Santísimo Sacramento en la plaza de San Nicolás.
6 de junio de 1614
Procesión para pedir la lluvia. Que se saque la imagen de Nª Srª de la Misericordia y Caridad en procesión y se lleve a Nª Srª de la Fuente, donde se diga un novenario
30 de abril de 1489
El Colegio de San Antonio de Portaceli, de Sigüenza, adquiere el status de Universidad.
30 de abril de 1552
Se trató sobre si los toros del voto de San Agustín se debían de correr en la plaza de Santa María como era costumbre o en la plaza pública. Se dijo que por un libro fechado en el ayuntamiento en 1459 que los cuatro toros que se han de correr en la fiesta de San Agustín se corran en la plaza de Santa María.
30 de abril de 1582
Recibimiento del bachiller Alonso Yáñez, hijo de Pedro Pérez de Pastrana, regidor, quien renunció a su oficio el 4 de marzo.
30 de abril de 1595
Que para mayor comodidad del corregidor y de su mujer y para que desde la casa de justicia puedan oír la misa que se dice a la ciudad, así de la sala como de la capilla de los presos, se haga un pasadizo por la parte de afuera, hacia la cárcel, abriendo una ventana a la dicha sala del ayuntamiento, con alguna reja y celosía.
30 de abril de 1604
La ciudad acordó que para que las comedias tengan un lugar decente, como tienen las demás ciudades, que estas se celebren en el hospital de la Misericordia. Que la ciudad aderece su parte izquierda y que la adorne.
El 30 de abril de 1489 tenía lugar un hecho de gran trascendencia para la vida cultural y educativa de Sigüenza, el Papa Inocencio VIII expedía la Bula “In litterarum scientia eruditi”, por la que concedía al Colegio de San Antonio de Portaceli de Sigüenza la facultad de conferir los grados académicos de Bachiller, Maestro, Licenciado y Doctorado a los alumnos de Teología, Artes y Cánones. De esta manera el Colegio pasó a convertirse en Universidad. Unos años después a las facultades mencionadas se unieron las de Medicina y Leyes.
El Colegio fue una fundación del seguntino, Juan López de Medina, arcediano de Almazán y canónigo de Toledo, una vez que el Gran Cardenal, Pedro González de Mendoza, Obispo de Sigüenza, firmaba el 1 de diciembre de 1477, en Sevilla, el decreto por el que se erigía el Colegio de San Antonio de Portaceli, reconociendo el patronazgo de Juan López de Medina.
Un año después de su muerte, acaecida en 1488, tanto el rector como los colegiales del Colegio se dirigieron al Papa Inocencia VIII, para que le diese a este la categoría de Universidad, lo que finalmente obtuvieron, tras la concesión por parte del Papa de la citada bula.
Por citar sólo unos pocos ejemplos de los ilustres personajes que vistieron la beca de colegial en sus aulas destacaremos las figuras del teólogo, Pedro Guerrero (arzobispo de Granada), que participó en el Concilio de Trento; Bartolomé Torres Naharro (poeta y dramaturgo) o Fernando Belosillo, además de otros cincuenta Obispos y gran cantidad de juristas, médicos, escritores, etc.
Aquella Universidad, centro de reclamo educativo y cultural para los estudiantes del centro de España, fue suprimida oficialmente en 1837.
Bibliografía:
SANZ SERRULLA, Javier. Las facultades de cánones y leyes de la Universidad de Sigüenza, Madrid, 2005.
29 de abril de 1626
Llega la noticia de que se iban a vender las aldeas y los vasallos pertenecientes a la Tierra de Guadalajara, entre ellos los lugares de Cabanillas, Chiloeches, etc. De hacerse así, al vender los lugares que mayor cantidad de vecinos tenía la Tierra de Guadalajara, significaría un gran daño para la ciudad (…), ya que tenía que pagar muchos servicios al rey, entre ellos el de los 18 millones. El rey por esa razón les prometió que no vendería esas aldeas. Que los comisarios traten con el rey de que no se llevase a cabo estas ventas y que se les dé facultad para que el dinero se saque de la leña de los montes y no de otros arbitrios (….).
29 de abril de 1778
Vicente Verdura, maestro vidriero, examinado por los veedores de esta profesión, dice que quiere establecerse en esta ciudad y ejercer en ella como vidriero.
Se le concedió la vecindad.