10 de enero de 1531
El rey, Carlos V, ordenó al concejo de Guadalajara que pidiese opinión a sus regidores y personas con experiencia si, ante el elevado precio del trigo, cebada y centeno, convenía o no poner una tasa y qué precio sería el más justo.
Mientras esto se decidía, que la ciudad ponga el precio y que nadie pueda venderlo más caro.
10 de enero de 1585
Se acordó que hubiese dos libros en el concejo, ya que había dos escribanos del ayuntamiento, para que cada uno de ellos escriba los acuerdos de la ciudad y se guarden en el archivo que se había mandado hacer en una sala en la parte baja del concejo de dos llaves y que cada escribano tuviese la suya.